Introducción a la filosofía de Malebranche: racionalismo y ocasionalismo

Malebranche fue un filósofo racionalista del siglo XVII y es considerado el padre de la filosofía ocasionalista. Sus principales influencias fueron Descartes y San Agustín, y logró una síntesis innovadora de ambas corrientes para su época.

Malebranche era racionalista. Creía que las verdades morales, lógicas y matemáticas eran eternas, inmutables e indispensables. Según él, estas verdades no eran una creación de Dios, sino que, por el contrario, eran evidentes por sí mismas. Al ser Dios la máxima sabiduría y bondad, no puede pensar ni querer otra cosa más que estas verdades.

Asi, en cuanto a las verdades morales, Malebranche dice:

“…las acciones son buenas o malas porque son contrarias o conformes a un orden inmutable y necesario, y ese mismo orden exige que las primeras sean recompensadas y las segundas castigadas”.

Malebranche, Investigación de la verdad

Respecto al conocimiento de las verdades lógicas y matemáticas, afirma:

En Dios… se ve todo lo que se conoce por luz e idea clara, no solo porque no se ve por luz más que los números, la extensión y la esencia de los seres, que no dependen de un acto libre de Dios…si las verdades y las leyes eternas dependiesen de Dios si hubieran sido establecidas por una voluntad libre del creador, en una palabra, si la razón que consultamos no fuera necesaria e independiente me parece que ya no habría ya ciencia verdadera”

Malebranche, Investigación de la verdad

Así, las verdades morales como el sentido de la justicia o las verdades matemáticas no son creación de Dios, sino consustanciales al creador: estas verdades no pueden ser producto de la voluntad de Dios, ya que de lo contrario serían del todo irracionales, contrarios a la sabiduría divina.

Así mismo, Malebranche era contrario al postulado cartesiano de las ideas innatas, llevando al racionalismo hasta sus últimas consecuencias.

A diferencia de Descartes, que proponía la existencia de ideas innatas implantadas en nuestras almas por Dios, desde las cuales podríamos conocer las verdades eternas como la idea de unidad, perfección, geometría, infinito, etc., Malebranche proponía que las ideas inteligibles no están en nosotros sino en Dios. Según él, es a través de Dios que podemos tener acceso al conocimiento de las verdades eternas, a través de lo que se conoce como “visión de Dios”.

Esto es posible porque, para Malebranche, todas las modificaciones del alma, como las pasiones, las sensaciones, las ideas inteligibles, etc., ocurren en y por Dios. En otras palabras, es Dios la fuente a partir de la cual el alma siente y conoce todas las cosas. No encontramos en nosotros estas ideas inmutables, ni tenemos contacto con el mundo sensible a partir del cual podamos tener ideas de todas las cosas, sino que todas estas modificaciones de nuestras almas solo ocurren por intermediación de Dios.

Aquí podemos explicar el ocasionalismo, tan distintivo de la filosofía de Malebranche: Dios crea y da lugar, de manera continua, a todas las cosas. No hay más causa y efecto que la voluntad y sabiduría de Dios, que explica todas las cosas. Tenemos impresiones, ideas claras y distintas, pasiones, porque Dios imprime eso en nosotros.

Esto nos pone en total dependencia de nuestro creador. Esta situación es conforme a la bondad divina. Al respecto, Malebranche afirma “

…esto coloca a los espíritus creados en una total dependencia de Dios, la mayor que pueda existir, pues siendo esto así, no solo no sabríamos ver nada que Dios no quiera que veamos, pero no podríamos ver nada que no quisiera enseñarnos”.

Malebranche, Investigación de la verdad

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